En los diferentes programas académicos que ofrece la universidad, durante el transcurrir del proceso de enseñanza y aprendizaje de las matemáticas, los docentes del área y los de áreas o asignaturas que requieren para su aprendizaje de las matemáticas como instrumento esencial de razonamiento científico, han encontrado de manera sistemática serias deficiencias en el conocimiento y el manejo de conceptos clave de dicha ciencia.
Estas deficiencias van mucho más allá de la mera comprensión conceptual y se manifiestan en profundas dificultades al desarrollar razonamientos propios del lenguaje lógico-formal en términos abstractos y las consiguientes limitaciones para desarrollar habilidades en aplicaciones creativas.
Se ha detectado que muchas de estas limitaciones tienen su origen, entre otras causas, en el desconocimiento o la no comprensión de conceptos elementales de la aritmética, de sus leyes básicas y de sus operaciones.
En matemáticas un poco más avanzadas, desconocen las leyes de la lógica formal, desconocen los métodos de demostración lógicos por ejemplo y cuando razonan incurren en razonamientos circulares.
Más allá de recalcar en estas falencias y de la motivación y percepción que el estudiante tenga de las matemáticas, la conciben como algo que se va a interponer en su camino hacia el éxito. De pronto esta idea se debe al desconocimiento de la historia de las matemáticas, y en esto los involucrados tenemos mucha responsabilidad.